Llega el final de la 2ª evaluación. Ya casi hemos superado dos tercios del curso, y buena parte de nuestros resultados globales se ponen en juego durante estas semanas.
Los factores que influyen en el rendimiento académico son numerosos, pero entre ellos podemos destacar 4 que podemos controlar y potenciar, dentro de los cuales se incluirían otros aspectos evidentes como la inteligencia, los estilos de aprendizaje, el ambiente escolar-familiar o la memoria:
- Motivación
- Autoestima
- Conocimientos previos
- Hábito de estudio
De nuestra capacidad para controlar dichos factores dependerá en gran parte nuestro éxito académico, que como ya hemos mencionado en numerosas ocasiones, no tiene tanto que ver con la calificación (que también es importante) sino con adquirir un aprendizaje significativo que nos sirva de base para seguir aprendiendo, desarrollar habilidades específicas del ámbito académico-profesional que escojamos y, por supuesto, desarrollarnos plenamente como personas.
Pero como es época de exámenes, nos centraremos en esta entrada en enunciar brevemente algunas pautas para la preparación y realización eficaz de los mismos, algo que incluiríamos dentro de nuestro hábito adecuado de estudio.
ANTES DEL EXAMEN:
- Repasar a diario las asignaturas: aunque parece un mantra que se repite constantemente, tiene una explicación más allá del tópico: sólo mediante el repaso y la activación constante de los contenidos que tengo que aprender, seré capaz de hacer que éstos pasen a formar parte de la memoria a largo plazo (MLP), y se relacionen de manera efectiva con mis conocimientos previos, lo cual constituirá un verdadero aprendizaje significativo que sin duda, tendrá como una de sus consecuencias más inmediatas permitirme obtener buenas calificaciones. Además, puedo usar mi imaginación para repasar de distintas formas: mediante fichas de pregunta-respuesta, con la realización de mapas conceptuales, etc. Cuantas más perspectivas distintas use a la hora de repasar una materia, más facilidad tendré para extrapolar esos conocimientos y adaptarme a cualquier tipo de cuestión que me realicen en el examen.
- Dormir 8 horas: para que los conocimientos aprendidos durante el día se almacenen correctamente en mi memoria, es necesario que ésta atraviese la fase REM del sueño, algo que sólo se consigue si dormimos, al menos, 6 horas seguidas. Por eso, y aunque estés dentro de una semana apocalíptica de exámenes, debes mantener tus patrones de sueño habituales y descansar lo suficiente. También por este motivo, los repasos de última hora (justo antes de comenzar el examen) son infructuosos.
- Practica técnicas de relajación: llevar a cabo técnicas sencillas como el control de la respiración, o la visualización, nos ayudará a eliminar tensiones innecesarias y "nervios" de última hora, además de favorecer nuestra concentración y nuestros procesos de evocación. Por ello, puedes practicarlas antes de asistir al examen o incluso antes de comenzar el estudio de tu asignatura más temida.
- Mantén siempre hábitos alimenticios saludables
- Procura reservar momentos de ejercicio físico y ocio a diario
- Siempre que estudies pon en marcha las técnicas de estudio, es decir, completa todas las fases que te ayuden a comprender y asimilar el contenido (prelectura, lectura comprensiva, subrayado, esquema, resumen) antes de comenzar a memorizar.
DURANTE EL EXAMEN:
- Lee detenidamente todas las cuestiones antes de comenzar a contestar
- Distribuye el tiempo disponible y comienza por las cuestiones más complejas o de mayor puntuación
- Tras contestar, comprueba: vuelve a leer el enunciado y tu respuesta para ver si tiene sentido lo que has escrito (en el caso de no tratarse de una prueba objetiva o test, claro).
- Procura reservar cinco minutos para repasar los dos aspectos clave del examen: el contenido (responder a todo de la forma más correcta posible) y la forma (faltas de ortografía, errores gramaticales, limpieza, etc.)
Es necesario recordar que cuanto más sólida sea la rutina de estudio que seguimos, más posibilidades tendremos de conseguir nuestros objetivos, aprender de forma significativa, aumentar nuestra motivación y reducir nuestra ansiedad, ya que la rutina suele aportarnos sensación de seguridad. Además, la organización adecuada de nuestro horario de estudio, nos permitirá ser más eficientes y aprovechar mejor el tiempo.
Con estas pautas sencillas, y otras muchas que puedes aprender, desarrollar y poner en práctica en nuestro Curso sobre Técnicas de Estudio, estarás en condiciones de enfrentarte a los exámenes con garantías. ¡SUERTE!
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