lunes, 7 de octubre de 2013

El efecto Pigmalión en el aula


Es conocido por todos que un buen nivel de motivación del alumnado, es ventajoso para su adecuado rendimiento académico y su evolución educativa. Sin embargo, a veces se limita esta motivación a la consecución de metas u objetivos, y se dejan de lado aspectos como la auto-confianza o las expectativas que el profesor puede tener hacia el alumno, factores que influyen y mucho, en el rendimiento académico. Para explicar esto, podemos recurrir al “Efecto Pigmalión”.

En 1964, los científicos Jacobson y Rosenthal realizaron un experimento en una pequeña localidad californiana. Explicaron a los profesores de un centro educativo, que iban a realizar un test de inteligencia al alumnado con el fin de preveer su rendimiento académico en el siguiente curso. Una vez recogidos los datos de la prueba, se pasó a los profesores una lista con los nombres de los alumnos y sus puntuaciones en el test. Sin embargo, esa lista en realidad se había elaborado al azar , sin seguir las puntuaciones reales del test. De este modo, los profesores creían que ciertos alumnos tenían unas capacidades especiales cuando no era así.

Pasado el curso, se observó que los alumnos clasificados como “más inteligentes”, habían progresado más y en mayor número que el resto de alumnos “normales”. Esto se debía a que el profesorado se había comportado con ellos de forma diferente; había creído en sus posibilidades, se habían creado unas expectativas altas, los propios alumnos habían creído más en sí mismos, el trabajo diario había mejorado y en consecuencia, los resultados académicos eran más altos.

Con esta experiencia, podemos observar hasta qué punto es relevante nuestro trato como docentes hacia el alumnado, las expectativas que tengamos de ellos y el esfuerzo que dediquemos a extraer lo mejor de cada persona, usando todo nuestro potencial profesional, adaptándonos a las necesidades concretas de cada alumno, confiando en él.
Y también, queda reflejada la importancia de la confianza del propio alumno en sus posibilidades y su crecimiento personal, ya que ésta es la mejor fuente de motivación; la que nace de uno mismo.

En Academia Aldonza consideramos básicas estas premisas. Nuestras expectativas hacia nuestro alumnado son muy altas; creemos en que todos los alumnos tienen capacidad para enfrentarse a sus tareas, y elaboramos planes de atención individualizada para ayudarles a extraer lo mejor de sí mismos atendiendo a sus necesidades, aptitudes y estilos de aprendizaje, y transmitiéndoles la confianza necesaria para superar sus obstáculos cotidianos.


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